miércoles, 11 de noviembre de 2015

Tradición, traducción = Tradición:

Por: Ceferino Quillén
Mapuche, profesor de mapundungun (lengua mapuche) en el ICA (Instituto de Cultura Aborigen)


“El 10 de noviembre de 1834 nacía un buen hombre”: José Hernández, autor del Martín Fierro. Nacía en el seno de una “familia ilustre” de las élites superiores de la Patria, un sobrino de Juan Martín de Pueyrredón. Nacía alguien que sería educado con la mentalidad del dominador y crecería en una estancia rosista conociendo desde la mirada del patrón al gaucho y al indio.

El 10 de noviembre “nacía un buen hombre”.

La batalla de Caseros del año 1852, fue decisiva en la historia nacional. Una de las batallas más decisivas del país.

Sarmiento en su dicotomía: Civilización o Barbarie, dividía las dos argentinas, y atrás de Caseros quedaban: La economía artesanal, el folklore, el gauchaje, las tradiciones ancestrales…para él, La Barbarie. Después de Caseros llegaban: La economía agraria y las expectativas de lo industrial, las ciencias ilustradas, la inmigración europea, la anglosajón, el progreso indefinido… para él, La Civilización.

Obviamente nosotros, los originarios no estábamos en sus planes, ni antes ni después… porque sencillamente no estuvimos en los planes de los hacedores del estado nacional, pero estábamos haciendo patria confundidos en la “chusma” de los actores populares… como hoy lo estamos.

Después de Caseros vino el demo liberalismo con la ansiedad de inversión de capitales, de “progreso”, ferrocarriles, frigoríficos, de sistema escolar, de positivismo… vino la necesidad de inventar una patria desde el pensamiento de unos pocos iluminados sin la anuencia de los muchos. Pero el objetivo era integrar el nuevo pacto colonial.

Mientras todas estas transformaciones se realizaban en la patria, con el título de “Campaña del desierto”, se iba fabricando un desierto en la “Pampa, hoy llamada Argentina”. En un alocado asalto a mano armada, el ejército nacional, cometía uno de los más desalmados genocidios, avanzaban armados hasta los dientes sobre nuestras comunidades mapuches, vejando familias enteras: Hombres, mujeres y niños.

Fue allí, cuando en 1872, salió el Martín Fierro, magnífica obra de la literatura argentina y universal, rescatando los valores de los hombres de campo, el temple del gaucho… pero José Hernández, lógicamente, al pertenecer al sector dominante nos des-clasó también en su obra. Los Pueblos Originarios, para él, fuimos parte de la barbarie, la que había que superar, éramos los incorregibles.
No se detiene el hombre nacido un 10 de noviembre en detalles terroríficos para describir nuestro estilo de vida.
No lo condeno, lo comprendo, es muy difícil escaparse a la cultura donde uno crece. Pero entonces, al menos, permítanme no sentirme representado.

En 1879, en la isla de Choel-Choel, arrinconaban a tiros a los peñí, hermanos. No hubo compasión para ellos. La campaña del General Julio Argentino Roca, dos veces presidente de la nación, culminaba con olor a sangre, un grito de victoria que ensordecía el clamor de nuestros hijos y mujeres. El pueblo mapuche no tenía lugar en esa sociedad.

Aparecía “La Vuelta del Martín Fierro” en 1879, pienso que el gaucho que regresaba, se veía bañado en lágrimas, porque la patria toda se convertía en un desierto para él. Obligado el gaucho hasta síquicamente a exterminarnos, tarde se dio cuenta que él tampoco figuraba en los planes de los hacedores ilustrados.

10 de Noviembre, Día de la Tradición…
¿Qué Tradición?
¿Aquella surgida desde la dicotomía: Civilización-Barbarie?
¿Aquella surgida desde una identidad hecha a decreto, escarapelas, enrolamiento, documentación?
…en ninguna de ellas estábamos nosotros.

Y sin embargo ¿Quién negaría que somos el fundamento de la Tradición del País?... lo somos, simplemente porque estamos desde los orígenes. Pero mucho más porque nunca nos fuimos, porque siempre luchamos, porque jamás nos hemos rendido. Estamos dándole una impronta, una señal, al Ser Argentino, sin pedirles permiso ni a la constitución nacional ni a sus instituciones, simplemente porque La Tradición no necesita de permisos. La tradición se impone con su solo peso.

Mientras el país no reconozca su tradición existencial, la verdadera, no la inventada, será un país sin identidad y por lo tanto con futuro incierto”.
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Esto es de un hermano mapuche por el día de la tradición.
Faltan muchas cosas relacionadas a esto y seguramente no será por desconocimiento del hermano, sino por falta de espacio, lo recogí de una revista del ICA (Instituto de Cultura Aborigen).

Pero algo más puedo aportar y esto es que, quede bien claro que, “ese buen hombre”, como dice Ceferino Quillén, José Hernández, en su Martín Fierro no nos representa y que hablando de tradiciones no son todas buenas.
Si bien la tradición es un legado de anteriores generaciones, esos legados no son todos buenos y ponemos como ejemplo entre otros: la mentira política es ya tradicional, el no cumplir con sus promesas, y todo un encadenamiento que lleva a tener sometida a una sociedad… que lo puedes encontrar con solo esta pregunta:

¿Qué buenas tradiciones tenemos? ¿Qué nos dejaron? ¿Quiénes?
¿Cuándo festejamos el día de la tradición, qué tradiciones festejamos?

Anka Kúntur Ñawin por:
“Comunidad Pueblos Originarios de Awyayala”
Gral. Urquiza 696, 2300, Rafaela, Santa Fe, Argentina.
Tel.: 03492 428313 / 15688709
Correo: ladhrafaela@gmail.com
lavozdeawyayala.blogspot.com

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